De todos los paisajes que podemos encontrar en la provincia de Salamanca, probablemente, no haya otro más representativo de su personalidad que la dehesa. Al exigente clima de nuestra provincia se han adaptado diferentes especies de Quercus: encinas, robles, quejigos y hasta alcornoques y fresnos. Todas estas formaciones fueron transformadas en dehesas, siendo las de alcornoque las más escasas en nuestra provincia. Aun reconociendo esta diversidad, hay que otorgar a la encina el puesto de árbol más destacado, y al Campo Charro, la consideración de comarca más asociada a este ecosistema.

Este secular ecosistema humano y ecológico ha logrado sacar provecho a los escasos recursos naturales de la ruda penillanura charra: suelos superficiales y poco productivos, inviernos fríos y poco húmedos y veranos de sequía absoluta y que pueden ser realmente sofocantes. De estas limitaciones, sus habitantes han creado virtud en forma de un singular patrimonio etnográfico y unos productos ganaderos excepcionales. Su combinación con los paisajes húmedos y movidos de las sierras del sur de Salamanca, enriquece cualquiera de las muchas rutas y experiencias turísticas que se pueden celebrar por el sur de Salamanca.

La ruta que aquí proponemos parte del pueblo de Tamames, corazón de este paisaje y de la comarca del Campo Charro. Dentro de su casco urbano se pueden conocer recursos tan interesantes como su iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, un lavadero restaurado y de gran valor etnográfico y sentimental, su gastronomía, con su plato estrella, el cocido, y la histórica y poderosa torre del homenaje de lo que fue un castillo de mayor envergadura y con lejanos orígenes en los siglos VIII-X.

El comienzo de nuestra ruta senderista parte junto a la carretera que nos llevaría hasta Linares de Riofrío. A la derecha de esta carretera se inicia un camino de tierra que nos conduce hasta su camping. Dejándolo a la izquierda, nuestros pasos nos permiten seguir la falda de la cara norte de la Sierra de Tamames hasta llegar a una dehesa que es un auténtico jardín, fresco y tranquilo. Entre sus floridos espinos se encuentran valiosos hornos de cal que conservan gran parte de su arquitectura. En este punto es muy recomendable hacer una parada en cualquier época de año. En el otoño, los colores amarillos, pardos y rojizos de su vegetación caduca contrastan con los verdes oscuros de sus encinas, dibujando un paisaje realmente sugerente. En primavera, la floración de los espinos llena de dulces fragancias estos valles protegidos por el bosque. Y no menos placentero será disfrutar del frescor de sus sombras durante las calurosas jornadas del verano. Únicamente, deberemos tener en cuenta el respeto al ganado doméstico que podamos encontrarnos. Esta ruta está prevista su inclusión en la red de Senderos Micológicos Salmantinos desarrollada por la Diputación.

Siguiendo el mismo sendero, llegaremos hasta el collado que permite cruzar la sierra y divisar magníficas panorámicas de la comarca, comprobando in-situ, como el clima condiciona la distribución de la vegetación: bosques húmedos de roble y fresno en la cara norte de la sierra, la más umbrosa, y encinares en la cara que mira al sur, la mas soleada y cálida. En este collado se localiza un viejo Hoyo de Lobos, una trampa empleada para la captura de este animal tan mítico como perseguido. Desde este punto descenderemos hacia el sur para encontraremos con un cruce a los pies de este modesto puerto. A la derecha, el camino nos permitiría regresar hasta Tamames por la cara sur de su sierra. Si decidimos seguir de frente, alcanzaremos la localidad de Aldeanueva de la Sierra, con magníficos quesos, y nuevas rutas senderistas. El paisaje de este amplio valle entre las Sierras de Tamames (al norte) y la Sierra del Zarzoso (al sur), permite divisar numerosas aves rapaces y a los bandos escandalosos de rabilargos, un córvido azulado que es una verdadera joya, ya que su distribución mundial se limita a España y Portugal para no volver a aparecer hasta las lejas tierras de China. Esta sorprendente distribución se explica debido a la extensión de los hielos glaciares sobre Europa durante el Pleistoceno (entre 1,8 millones de años y hace unos 10000), que separaron sus territorios generando la aparición de 2 especies diferentes.

Llegados a Aldeanueva de la Sierra, un camino permite dirigirnos hacia el sur y atravesar la boscosa Sierra del Zarzoso. En el momento que salvamos este collado que cruza esta pequeña alineación de montes, aparece un nuevo cruce. Hacia el sur, podríamos llegar hasta El Cabaco, y bastante más adelante, hasta la propia Peña de Francia. Hacia el oeste (nuestra derecha), el camino sigue la cuerda de la sierra, regalándonos bellas vistas de toda la Sierra de Francia y de sus montañas más destacadas: a la derecha, La Hastiala (1735 metros) pico cumbre de esta sierra, y a la izquierda, la Peña de Francia (1727), verdadero faro de la comarca, y coronada por un monasterio con orígenes en el siglo XV. Al final de este camino llegamos a una portera. Si la cruzamos, hacia la izquierda podemos descender por un camino, poco claro en sus primeros pasos, que discurre por un añejo alcornocal hasta las puertas del escondido Monasterio Porta Coelli, El Zarzozo, otra joya cultural que rara vez se incluye en las visitas a la sierra. Sus monjas mejicanas son muy acogedoras y pueden vendernos sus dulces y guiarnos por su iglesia. Si en lugar de cruzar la portera, seguimos el camino, el mismo sendero permitirá, de forma circular, regresar al collado anterior y decidir nuestro rumbo: al Cabaco o regresar a Aldeanueva de la Sierra y Tamames. La ruta completa tiene, aproximadamente, 15 kilómetros, perfectamente abordables para un día de senderismo.

Para los amantes de las estrellas, recomendamos visitar cualquiera de estas dos sierras. La escasa iluminación de los pueblos de su entorno posibilita algunos de los cielos más oscuros de toda la provincia. Las noches de Luna Llena con su brillo de plata iluminando los rocosos picos de la Sierra de Francia son un verdadero espectáculo.

MUNICIPIO Tamames
PATRIMONIO NATURAL Dehesas de encinas, robles, quejigos, alcornoques y fresnos.
Campo Charro.
Sierra de Tamames.
Floración de los espinos.
Paisaje otoñal.
Sendero Micológico.
Hoyo de Lobos.
Sierra del Zarzoso.
Peña de Francia.
Cielos claros para la observación de estrellas.
¿QUÉ SE INCLUYE?
Labor de interpretación y guiado. Seguros.
Préstamo de material óptico y guías.
¿QUÉ NO SE INCLUYE?
Transporte. Comida.

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Email: info@auladelalagon.com

Teléfono: 635 158 497

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